Conectar con la sabiduría corporal a través del movimiento
El Cuerpo Sabio es una profunda propuesta de trabajo psico-corporal y transpersonal, que explora la sabiduría inherente de nuestro cuerpo y la vida que lo habita. A través de esta práctica, nos invita a establecer una relación más amable, placentera y consciente con nosotras mismas, con los demás, con la vida y con el planeta. Este enfoque está inspirado en una visión eco-feminista y sistémica, donde el cuerpo se reconoce como nuestro primer espacio de relación.
Escuchar al cuerpo: Un camino hacia la conciencia y el bienestar
Esta actividad nos invita a confiar en la sabiduría del cuerpo como fuente de conocimiento y sanación, desarrollando una presencia biológica enraizada en la sensación y el sentir. Al apoyarnos en el aspecto sensorial de la conciencia y en el lenguaje del movimiento, descubrimos nuevas formas de relacionarnos con el mundo, permitiendo que la experiencia corporal se asiente, encuentre su lugar y emerja en nuestra conciencia de manera natural y a su propio ritmo.
El enfoque del Cuerpo Sabio tiene sus raíces en más de 20 años de investigación personal en torno al cuerpo, el movimiento y el autoconocimiento, lo que permite una profunda integración de técnicas y prácticas que nutren tanto el desarrollo personal como la sabiduría orgánica de nuestro ser.
Evolución de la práctica: Del Cuerpo Sensual al Cuerpo Sabio
El Cuerpo Sabio comenzó su andadura en 2014 como una propuesta de danza africana y empoderamiento a través del movimiento, en un esfuerzo por reconectar con nuestra vitalidad y sensualidad. A lo largo del tiempo, este enfoque ha evolucionado hacia una exploración más profunda de la sensualidad como una forma de generar salud y bienestar.
Durante su transformación, la práctica pasó a llamarse El Cuerpo Sensual, centrada en la importancia del placer y la belleza para nuestra salud. Este enfoque enfatiza la sensualidad como una manera de estar en el mundo, utilizando el sentir y lo sensorial para generar conciencia y salud desde el interior. En esta fase, el cuerpo no solo se percibe como un espacio de relación, sino como un lugar donde el placer se convierte en una experiencia expansiva que nos invita a conectar con la vida, el entorno y los demás.
El cuerpo como espacio de relación
El Cuerpo Sabio ahora ha alcanzado una nueva etapa, integrando la riqueza de años de práctica con nuevas herramientas y comprensiones. La propuesta utiliza el espacio, la danza, el tacto y el movimiento para comunicar información a nivel celular desde la suavidad y el placer, facilitando la liberación de memorias de esfuerzo y dificultad, y promoviendo una relación más fluida y armoniosa con nuestro cuerpo.
El trabajo se basa en tres elementos clave que enriquecen esta práctica:
•Danza africana: Utilizada para desbloquear la pelvis y reconectar con nuestra sensualidad y vitalidad, esta danza nos ayuda a despertar nuestro instinto y nuestra conexión con el cuerpo.
•Contact Improvisation: Una técnica que permite explorar nuevas formas de entrar en contacto con los demás y compartir el espacio desde el juego, la escucha corporal y la emoción. Fomenta maneras más respetuosas y amables de relacionarse.
•Body Mind Centering®: Esta metodología profundiza en la relación entre cuerpo y mente, apoyándonos en la sabiduría biológica del cuerpo. Al conectar con el movimiento intrínseco de la vida, encontramos soporte en el SER para poder movernos desde un lugar de coherencia y claridad. Esto facilita la conexión con una inteligencia superior y nos lleva a un descanso profundo y a una conciencia creativa.
Un trabajo profundo con el cuerpo y el movimiento
A través de esta propuesta, trabajamos con diferentes aspectos del cuerpo y la relación:
•Movimiento individual y en pareja
•Trabajo en contacto y en grupo
•Expresión corporal libre y guiada
•Conciencia sensorial y respiración
•Espacios de silencio y reflexión
El objetivo de este trabajo es permitir que el cuerpo recupere su capacidad de sentir, expresarse y conectarse, creando nuevas rutas cognitivas y emocionales basadas en el placer y el bienestar.
No se requiere experiencia previa en danza, ya que el enfoque está abierto a todas las personas que deseen explorar su cuerpo desde una perspectiva más consciente y amorosa.
La historia que narra nuestro cuerpo
El cuerpo es nuestro primer espacio de relación y en él se inscriben las huellas de nuestra historia, así como las memorias heredadas del sistema familiar y ancestral. Nuestros tejidos musculares no solo albergan movimiento, sino también emociones, pensamientos y recuerdos. El cuerpo y la mente están intrínsecamente conectados a través de los sistemas inmunitario, endocrino y nervioso central, lo que hace que todas nuestras emociones, incluso las no expresadas, dejen una huella física.
En nuestra sociedad actual, influenciada por una cultura patriarcal, se ha generado una separación entre cuerpo y mente, lo natural y lo cultural, lo racional y lo emocional. Esta división ha llevado a la sobrevaloración de la mente en detrimento del cuerpo, creando una visión fragmentada del ser humano. El Cuerpo Sabio propone una reintegración de estos aspectos, invitándonos a vivir desde una comprensión más holística y completa de nuestro ser.
La danza como puente entre cuerpo, emoción y espíritu
Desde el inicio de la civilización, la danza ha sido parte integral de los rituales de la vida, acompañando los cambios personales y comunitarios, y contribuyendo a la integración del ser. En muchas culturas, la danza, la espiritualidad y la sanación formaban un todo indivisible. A través de El Cuerpo Sabio, recuperamos este conocimiento ancestral que nos recuerda nuestra conexión con los ritmos naturales y con la vida en su expresión más plena.
Bailar nos permite expresar lo que sentimos, atravesar el dolor, celebrar la vida y reconectar con nuestra esencia. En un mundo cada vez más tecnificado e industrializado, esta propuesta nos invita a recordar que somos seres de la naturaleza, en constante interacción con los ritmos de la vida y el entorno.
El Cuerpo Sabio es una invitación a reconectar con nuestra naturaleza más profunda, a través del cuerpo, el movimiento y la conciencia sensorial, para transformar nuestra relación con nosotras mismas, con los demás y con el entorno.
